El cuarto poder de Armando Palacio Valdés

Armando Palacio Valdés es uno de los grandes desconocidos de la literatura española de entresiglos, lo que no es motivo para, mucho años después, recuperarlo e incluirlo entre nuestras lecturas de cabecera. Sobre todo para periodistas e estudiantes de comunicación, aquellos que aún sigan creyendo y trabajando en la leyenda de que el Periodismo es el cuarto poder. Valdés, en un pueblo inventado de las costas asturianas llamado Sarrió, coloca a don Rosendo, un comerciante aficionado a la prensa afrancesada que cree que un nuevo periódico traerá el desarrollo a sus tierras portuarias. Lo que empezó como un afán de progreso pronto se convierte en un canal de desprestigio para políticos y religiosos, que deciden unirse y crear ellos, también en nombre del progreso, otra publicación que ataque a los primeros. La decadencia de la moral humana y social que se tropieza con el chismorreo y las falsas ilusiones entretejido con un conflicto privado de un joven y desventurado trío amoroso que, finalmente, se unirá al conflicto externo del pueblo al ser víctima de los cotilleos. ¿Dónde acabe el Periodismo y empieza el chisme? Si algo nos gusta a nosotros son los clásicos, y este debate, más clásico y cercano no nos puede resultar.